“No améis al mundo, ni las cosas que están en
el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él”. (1 Juan 2:15)
“¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la
amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser
amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”. (Santiago 4:4)
Pasajes como estos, así como Ef. 2:2; Col. 2:8, 20;
Sant. 1:27; 2 Ped. 1:4; 2:20, entre otros. Han servido de base, al desarrollo
de una Teología Dualista que ha dominado
el pensamiento teológico, en las diferentes generaciones del cristianismo. Esta
teología hace una separación de todo lo que existe, en el universo, en dos
grandes caracteres, a saber: Las cosas de carácter sagrado y las cosas de
carácter no sagrado. Por ende, con mucha frecuencia se escuchan expresiones
tales como: “El mundo secular/el mundo cristiano” “lo espiritual/lo mundano”,
entre otras, dentro de nuestro lenguaje
religioso.
Lo cierto es, que este tipo de pensar, tiene unas
raíces mucho más profunda de lo que los cristianos comunes conocemos. Estas
raíces, pertenecen a la filosofía griega, y no al sistema de pensamiento que dominaba al
judaísmo. El primero en expresarse en estos términos es el presocrático
Anaxágoras (494-428 a. C.), quien postulaba que fuera de la materia inanimada,
existe una Razón ordenadora. Anaxágoras, reaccionó al postulado de su antecesor
Heráclito (530-470 a. C.), que decía que la materia universal, además de estar
animada, es también una razón. Tanto
para Heráclito como para Anaxágoras, la Razón tenía una implicación directa con
lo divino. Dicho de otro modo, para Heráclito el universo constituye la Deidad
(monismo o panteísmo), por lo que Dios es inmanente al universo; mientras que
para Anaxágoras, Dios es el ordenador del universo y tiene existencia fuera del
mismo, o sea Dios trasciende al universo. De estas dos formas de pensar, se
alimentan los post-socráticos, Platón y Aristóteles.
Platón, se identificó con el postulado de Heráclito,
y desarrolló su teoría del “Demiurgo”, el gran y perfecto ser, de donde sale
todo y a donde todo vuelve. Mientras que para Aristóteles, el postulado de
Anaxágoras era más coherente, por lo que, lo amplifica con su teoría del “Motor
que lo mueve todo sin ser movido por nada”. Es interesante destacar, que el
cristianismo, a partir del siglo II, se alimenta tanto del neoplatonismo como
del aristotelismo. Panteno, Clemente de Alejandría y Orígenes, por ejemplo, son
seguidores de la filosofía aristotélica presentada por Filón; mientras que el
insigne Agustín de Hipóna, es influido por el neoplatonismo de Plotino. Es a
través de estas influencias de la filosofía griega, como se comienza a
desarrollar los sistemas de pensamientos teológicos, que han dominado el
espectro del cristianismo en todos los tiempos de su existencia.
La filosofía griega lo divide todo en dos
(dicotomismo), haciendo contraste entre las partes. De ahí que se desarrollan
las ideas de lo bueno versus lo malo, la luz versus las tinieblas, lo material
versus lo espiritual, lo de arriba versus lo de abajo, la gloria versus el
infierno, la vida versus la muerte, la alegría versus la tristeza, la riqueza
versus la pobreza, lo santo versus lo inmundo, lo limpio versus lo sucio, etc. Para
esta filosofía todo lo material, es malo por naturaleza; solo lo espiritual e
inmaterial es bueno y puro, en sí. Pero cabría preguntarnos ¿Es este el mensaje
que presenta la Escritura? ¿Esa es la manera en Dios ve su creación? ¿O existe
otra forma de pensamiento avalado por la Escritura?
Como
señalé en el segundo párrafo, para los judíos, las cosas eran vistas muy
diferente a como la veían los griegos. Dice
A. Elwood Sanner y A. F. Harper, en su libro “Explorando la Educación
Cristiana” (pág. 38); y cito: “Este
énfasis que los hebreos le dieron a la instrucción a su vez les impartió a
ellos un enfoque integral de la vida
(negrita mía); no había
separación entre lo sagrado y lo secular. Toda verdad, pues, procede de Dios.
La doctrina bíblica de la creación proporcionaba un cuidadoso equilibrio entre
trascendencia e inmanencia, lo que libró a Israel del fetichismo y el
panteísmo. El reino de la naturaleza y el reino de la mente no eran
considerados extraños el uno del otro. La verdad descubierta y desenterrada por
los procesos racionales humanos es parte de la auto-manifestación de Dios
mediante la revelación general. Cuando
la vida es sagrada, toda actividad es para la gloria de Dios.”
Fin de la cita. Como se puede apreciar, en la forma de pensar de los hebreos,
todo era sagrado; y todo estaba controlado por Dios. Si hacemos un recorrido
cuidadoso, por todo al Antiguo Testamento, nos daremos cuenta de que no existe
tal cosa como lo “secular y lo religioso”.
La teología dualista ha hecho que la
Iglesia se mantenga al margen, de todos los aspectos sociales de la vida
cotidiana, enfocando sus esfuerzos solo a lo litúrgico o lo espiritual, como se
le llama frecuentemente. Este tipo de teología, deja una gran brecha que no
permite que los cristianos demos la verdadera repuesta que Dios espera de
nosotros, y que nos mantengamos con una actitud de Laissez-faire, ante todas
las problemáticas que nos rodean. Lo cierto es, que los creyentes estamos
llamados a entender que si Dios es el creador del universo (y así decimos, sin
importar a que modalidad del cristianismo, pertenezcamos), entonces todo el
universo es sagrado, conjuntamente con todo lo que en él existe (Gn. 1:31;
2:1-3).
Ahora bien, cuando 1 Juan
2:15, dice “no améis al mundo” o cuando Stg. 4:4, dice que “la amistad con el
mundo es enemistad contra Dios”, ¿A que se refieren con la palabra mundo? ¿Es
esta palabra sinónimo del cosmos (universo)? ¿Puede ser sustentada la
irresponsabilidad y dejadez que se puede apreciar en la mayoría de los
creyentes, de este tiempo, frente a la creación, en estos pasajes? Es
interesante observar, que el propio pasaje de 1 Juan 2, define en qué contexto
es utilizada la palabra mundo. El versículo 16 dice: “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los
deseos de los ojos, y la vanagloria
de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.” (Cursivas y
negritas, mías) Así que, esta palabra mundo en este pasaje, no es equivalente a
cosmos (universo), sino que implica el grado de pecaminosidad de los
individuos. Los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de
la vida, es lo que es representado por la palabra mundo, en este pasaje de 1 Juan 2. Aquí se Hace referencia a los
desenfrenos humanos, a la envidia en el ser humano y al orgullo en el ser
humano. En ese mismo sentido se expresa Santiago 4, en los versículos 1-3 dice:
“¿De dónde vienen las guerras y los
pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras
pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero
no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.” (Cursivas y
negritas mías). Como se puede ver, tampoco en Santiago, la palabra mundo
equivale a cosmos (universo), sino más bien a pasiones, codicias, envidia y
deleites. Todo vinculado al grado de
pecaminosidad, de los individuos.
En lugar de la teología
dualista (o dicotómica), que ha dominado al pensamiento cristiano en todos los
tiempos, incluyendo el nuestro, la Escritura presenta una teología alternativa,
más humana y más coherente. Esta es una Teología
Holística (integral), que ve y resalta, la obra de Dios en todo el
universo, y los elementos que los componen. Una teología que no le da la
espalda ni ataca a la ciencia, por que entiende que toda verdad desenterrada por
ella es verdad de Dios; una teología que se introduce en cada cultura sacando
los elementos que en ella, no glorifican
a Dios y resaltando aquellos que si son parte de la obra majestuosa del
creador; una teología que ve a Dios en las diferentes expresiones de las artes.
Una teología que transforma y afecta no solo algunos corazones, dentro de la
sociedad, sino que trastorna los sistemas corrompidos y mal formados de las
distintas culturas. Una teología que no tiene vacas sagradas y otras no
sagradas, sino que busca un trato de igualdad para todas y todos. Porque esa es
la voluntad del creador, una verdadera justicia al alcance de todas y todos.
29/01/2012
Entiendo que la doctrina de la Iglesia debemos revisarla. Si bien hemos avanzados en algunos aspectos en otros hemos estados estancados. La Iglesia debe responder a esta sociedad de manera biblica y no subjetivamente, entiendo que la teología alternativa debe estar incluida en nuestros estudios doctrinales y no implantar o imponer modelos no bíblicos.
ResponderBorrarExcelente reflexión
BorrarEn innumerables ocasiones hemos buscado el rostro de Dios para que sane nuestra tierra, al mismo tiempo nos silenciamos ante la injusticia, la mentira y lo inmoral, en ocaciones somos cómplices y en otras somos ejecutores. Isaías 58 nos muestra porque nuestra tierra sigue enferma. Vs1.... anuncia a mi pueblo su rebelión...... como gente que hubiese hecho justicia...quieren acercarse a Dios No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?
ResponderBorrar7 ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?
8 Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
Seas más directo y más claro con su comentario hermano Victor.
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ResponderBorrarFue para mi Dolores B. Matos la lectura de estas entradas o post. de gran motivación y conocimiento, pues es muy cierto que el éxito se alcanza siguiendo siempre adelante, no importando los obstáculos. En cuanto a la perfección lucharemos por alcanzarla aunque tengamos que decir como el apóstol: "yo no pretendo haberlo alcanzado pero una cosa hago...", pero debemos cumplir el rol a que Dios nos ha llamado, su propósito habiendo en cada uno de nosotros una disponibilidad para que se cumpla; y así cumpliendo con la responsabilidad seremos como dice la palabra sal y luz del mundo, y esto lo alcanzaremos con una teología alternativa que ve a Dios como creador del universo y busca igualdad para todos. Bendiciones!
ResponderBorrarLeí el articulo con mucha atención y aprendí mucho de verdad. La teología alternativa debe ser ensenada no solamente en las escuelas teológicas sino también en cada familia cristiana. Si Dios ha creado todo, es que todo es sagrado. pero tenemos que tener cuidado con las cosas del mundo como dicen Juan y Santiago.Bendiciones!!!
ResponderBorrarBuen punto
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