En
el mundo existen tres tipos de personas, que exhiben sus actitudes ante el
éxito. A saber: Los que tienen miedo, los desertores, y los decididos.
Los primeros, son aquellos que a la distancia ven el
éxito. Pero piensan en todo lo que deberán enfrentar en la ruta para
alcanzarlo. Ni siquiera les interesa intentarlo. Viven siempre al servicio de
los exitoso y triunfadores.
Los segundos, son los que miran hacia el éxito y desean
alcanzarlo. Pero al comenzar a caminar, por alguna de las rutas que lo llevaran
al triunfo, se dan cuenta de la realidad; que para llegar al éxito, deberán
enfrentar muchas dificultades y obstáculos. De toda forma, continúan en su
intento de triunfar, pero no perseveran, se quedan en el camino o cambian
constantemente de ruta, sin terminar ninguna. Estos viven siempre a la sombra
de los que terminan la ruta, y con una gran sensación de envidia de los que si
llegan. Miran a algunos que fueron sus compañeros en algunas de las rutas que
tomaron y que quizás se veían con menos posibilidades que ellos, pero que
lograron llegar, y se molestan o se entristecen.
Los terceros, son los que tienen como meta final el
éxito. Estos toman la ruta que los llevará al triunfo y nada los hará retroceder.
No se detienen ante los escoyos encontrados en el camino. Probablemente,
llorarán amargas lágrimas, y dejarán parte de su piel en la ruta, pero no se detendrán,
continuarán con pasos firmes porque su próxima y única parada se llama
"éxito". Estos vivirán siempre estableciendo nuevas metas, siendo
admirados por los que están a su lado, servidos por los que el éxito no es su
meta, siendo la sombra y objeto de envidia de los que desean el éxito y se
quedan en la ruta. Lo interesante del caso, es que esas actitudes se dejan ver
en todas las esferas de la vida. El Señor Jesús dijo: "Ninguno que
poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios."
(Luc. 9:62); en los mismos términos se expresa el apóstol Pablo cuando dice:
" Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago:
olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está
delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo
Jesús." (Fil. 3:13-14).
¿En cuál de los tres grupos te considera estar? No
permitas que otros decidan por ti, ni vivas bajo la sombra de quienes
probablemente, son menos capaces que tú. Atrévete, si otros han llagado, ¿Porque
tu no? Lucha por lo que quieres, y no te detengas hasta lograrlo. Recuerda lo
que dice el escritor a los Hebreos, y cito: "Pero nosotros no somos de los
que retroceden..." (Heb. 10:39).
Adelante, nos vemos en la próxima parada, que se llama "ÉXITO".
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